miércoles, 24 de enero de 2007

Todo empieza con una idea

¿Que ocurriría si el Paraguay no fuera gobernado por los partidos políticos tradicionales?

¿Que ocurriría si nueva sangre subiera al poder, con una nueva mentalidad, nuevas ideas, y una nueva actitud para cambiar al país?

¿Que ocurriría si estos nuevos movimientos políticos tuvieran el apoyo del pueblo paraguayo, y más bien el apoyo de los paraguayos, que por razones económicas y sociales adversas, tuvieron que trasladarse del país en búsqueda de un mejor porvenir?

Actualmente los paraguayos que residen en el extranjero aportan $650 millones anuales a la economía Paraguaya. Este monto supera a los ingresos por exportación de carne, el primer rubro de exportación del Paraguay. Y lo mas irónico de toda esta historia: aquellos mismos paraguayos que aportan esta gran cantidad de recursos, no tienen voz ni voto. Es una verdadera tragedia. El paraguayo que reside en el extranjero no tiene derecho al sufragio. Es el único país de Latino América con esta prohibición política, lo cual convierte al Paraguay en el país más retrasado del continente sudamericano.

Lo bueno es que esto se puede cambiar, si la gente se une y exige el cambio. Cabe en cada uno de los paraguayos que viven en Nueva York, España, Canadá, Francia, Australia, y otros lugares recónditos de este planeta, plantearse estas mismas preguntas y reflexionar sobre aquello que se puede hacer desde la distancia.

El objetivo de este movimiento es crear un espacio donde los paraguayos que residen en el extranjero puedan unir fuerzas para lograr un cambio. Y este cambio consiste en exigir el voto a conciencia a justamente aquellos que reciben las remesas de los paraguayos en el extranjero. Exigir a toda la familia, los hijos, los hermanos, los tíos y los primos que voten a conciencia. Porque se sabe que cualquiera que vota con inteligencia y conciencia no optaría por un partido tradicional del Paraguay, optaría por el cambio.

Llego el momento en el cual los paraguayos en el extranjero son lo suficientemente numerosos como para tener peso político y económico. Es hora de hacerse escuchar.

Tu remesa vale un voto.